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ESPERANZA ANTE LA CERTEZA DE LA MUERTE

Psic. Yefer A. Torres Gonzales

Publicado: 2017-04-26

Desde la aparición del hombre sobre la tierra hace aproximadamente doscientos mil años; generación tras generación; contempló la vulnerabilidad de su naturaleza; no era difícil deducir que la vida, la existencia era frágil; porque seguramente vieron morir a abuelos, padres, hijos, hermanos, amigos, vecinos y también a enemigos; además de todos los seres vivos a los que daban muerte para subsistir. 

Tras ir evolucionando la humanidad; en un momento histórico, la mente del hombre maduró hasta que entendió quién era y cuál era su lugar en el microcosmos; él único ser capaz de transformar, de crear y de cuestionar su propia existencia. Hacía mucho que empezó a conocer todo a su alrededor y tuvo que reasumir una y otra vez que única certeza que conocía surgió de la experiencia con la muerte y que tarde o temprano iba morir; sin pensarlo la experiencia de la muerte lo hizo más sabio. Ante tal realidad tenía dos opciones básicas; vivir con temor o desesperanza esperando la muerte puesto que no sabía que pasaba después o vivir creyendo en una “vida”, en una existencia después de la muerte.

Aunque no sabemos el momento preciso en el que el hombre fue entendiendo su rol en la sociedad y de su existencia; hoy no cabe duda de que desarrolló una conciencia poderosa que se resistió a la extinción, a la intrascendencia, al olvido a pensar que la muerte es el final. Y aunque durante muchos años no pudo vencer los límites de su limitada existencia humana, fue ideando modos de trascender al tiempo y con ello al olvido. Algunos para trascender construyeron o mandaron construir grandes monumentos que muchas veces no llegaron a contemplar. Otros han trascendido gracias a sus aportes en las ciencias, las artes. Y en la actualidad se busca alargar la vida usando todos los medios médicos y tecnológicos a disposición.

Cientos de civilizaciones han pasado, sus mitos y dioses han caído, cada uno con una promesa de ser el dios más poderoso e infinito que los anteriores dioses. Hoy también sobre los restos humanos y sobre las cenizas de templos derruidos y creencias religiosas surgen nuevas civilizaciones sin más dios que el conocimiento y confianza en la humanidad de la que forma parte. Humanidad conformada por una multitud de seres finitos pero con mucha capacidad de transformación.

Sobre los restos de antiguas religiones se fundaran nuevas. Todas ellas seguirán aprovechando la milenaria necesidad del hombre: la esperanza. El hombre espera en cada momento de su vida, espera amor, paz, comprensión y como vimos espera que su vida no acabe aquí y abrazará cualquier idea que le ofrezcan aunque no la pueda comprobar porque lo único que te exigen es tener fe en tu propia esperanza.

Escuche decir que la fe sin acción es una fe muerta; pero la esperanza sin compromiso es también inútil. Nos falta asumir que los grandes cambios se han dado con esfuerzo y con sacrificios; no de uno sino de muchos, de miles; que tras todo lo imponente hay escondido el trabajo colectivo de muchas personas no importando sus creencias más si su esfuerzo en un objetivo común; personas entregadas a una pasión de existencia; existencia de hombres finitos que lo han dado todo basados en su libre albedrío; convencidos de que podrían construir un mundo mejor para ellos y para sus descendientes.

En la actualidad como desde el origen de la vida, todas las personas tarde o temprano llegaremos al final de nuestra existencia, nos toparemos con nuestro límite temporal; finalmente con aviso o sin aviso en el último segundo de conciencia tendremos que aceptar nuestro inminentemente destino: la muerte. Ésta se impondrá a todo ser vivo; incluso al poderoso hombre a pesar de su fortuna; su fama, sus conocimientos e incluso sus creencias; la diferencia dramática será lo que espera que pase tras este proceso obligatorio; la diferencia estará en la esperanza; en ese ese estado de ánimo optimista basado en la expectativa de nuestras creencias. 

Psic. Yefer A. Torres Gonzales


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Psicovida

Se busca transmitir vivencias de la vida diaria, desde una perspectiva psicológica, tratando de buscar la toma de conciencia y una vida con sentido.


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